IMPERIO BIZANTINO

27.10.2015 08:16

A comienzos de enero de 1071 Romano IV Diogenes se puso a planificar la cuarta y última campaña contra los invasores selyúcidas que estaban asolando Asia Menor desde el año 1047. En marzo, el emperador pasó a Bitinia, desembarcando en Helenópolis, mientras el ejército imperial, conformado en su mayor parte por mercenarios normandos, uzos y pechenegos comenzaba a concentrarse no muy lejos de allí, sobre la gran calzada militar que, internándose hacia el corazón de los themas asiáticos, pasaba por la gran ciudad de Nicea. Habiendo vadeado el Sangario a través del puente de piedra de Zompos, Romano alcanzó Cesarea Mazacha poco después, y en el siguiente tramo del camino, a partir de Sebastea, las tropas bizantinas comenzaron a encontrar los restos del ejército de Manuel Comneno, esqueletos y armaduras oxidadas, que los turcos habían vencido en 1069. Ya en Teodosiópolis, adonde llegaron en julio de 1071 y que encontraron deshabitada, los romanos se entregaron a la ardua tarea de recoger provisiones para dos meses de campaña. Romano IV reveló entonces el objetivo de la misión: reconquistar la fortaleza de Mantzikert y limpiar de turcos los themas de Taron y Vaspuracan. Nunca se imaginó el desastre que le estaba esperando.